INTRODUCCION:
En
el siguiente blog damos a conocer las causas de esta huelga y los beneficios que
de ella produjeron.
El 29 de abril de 1954 inicia la huelga
más grande que Honduras ha visto en su historia. Y porque no decir, que la gran
huelga de 1954 fue, junto a las movilizaciones contra el golpe de Estado
perpetrado por el ejército y Roberto Michelleti, los dos acontecimientos más
importantes registrados por la lucha de clases en Honduras durante los últimos
cien años. Esta gesta de los trabajadores bananeros no solo representa la lucha
reivindicativa del sector más explotado de un país, sino la lucha en contra de
la explotación trasnacional imperialista en nuestra gran patria
Centroamericana. Las lecciones de la huelga del 54 siguen estando presentes, no
como resultado inmediato de la huelga misma, sino por lo que logró demostrar a
los trabajadores y las clases poderosas de Honduras, y es el poder de los
trabajadores.
El enclave Bananero.
Desde inicios del XX la zona del Caribe
centroamericano es irrumpida por las grandes compañías bananeras
Norteamericanas, compañías como la United Fruit Company y Standard Fruit Company
se apoderaron del paisaje atlántico de nuestros países. En aquella época, las
economías de Nicaragua, Honduras y Costa Rica dependían en gran medida de la
exportación de bananos a los EUA: “En los años que precedieron a la crisis
mundial de 1929-1930, los ingresos obtenidos del café y el banano representaban
casi el 90% de los que producía la exportación en Costa Rica, Guatemala y El
Salvador, y el 70% en Honduras y Nicaragua (donde la extracción de oro y plata
seguía siendo importante).” (La Piel de Centroamérica: una visión epidérmica de
setenta y cinco años de su historia / Edelberto Torres Rivas.)
Al finalizar la segunda guerra mundial
los modelos económicos van cambiando paulatinamente en la región producto del
boom de la post guerra, pero en el caso de Honduras la dependencia política de
las trasnacionales bananeras impide que se dé un desarrollo estructural de la
economía, es más, la dependencia económica y política de los gobiernos
nacionalistas y liberales crea una simbiosis agradable para la oligarquía y las
empresas bananeras imperialistas. Estos gobiernos ponían concesiones,
disponibilidad de recursos naturales, inexistencia de leyes laborales como
incentivos jugosos para las trasnacionales bananeras.
La clase obrera de las Bananeras.
Todas estas concesiones dadas a las
trasnacionales crean sujetos sociales que serán actores de la vida económica y
política. En el caso de los enclaves bananeros en Honduras se puede
contabilizar para 1953 alrededor de 35,000 trabajadores en las plantaciones
bananeras. Desde 1916 en la Cuyamel Fruit Company hubo una huelga de
trabajadores que brilló por el silencio de la prensa de la época. En agosto de
1920 en la Vaccaro Bros. Co. los trabajadores se declararon en huelga
reclamando mejoras salariales. El Gobierno declaró el estado de sitio en la
zona, para septiembre los trabajadores se reincorporan a sus labores. En 1925
hay una huelga en las plantaciones de caña de la Cuyamel contando con el apoyo
de los trabajadores de las otras compañías bananeras.
Para 1930 en La Ceiba estalla una
huelga que exigía mejoras en las condiciones de trabajo, como en otras
ocasiones el gobierno declara el estado de sitio y reprime a los trabajadores.
Las crudas condiciones laborales hacían que afloraran algunas luchas esporádicas
en las zonas de enclaves bananeros. Poco a poco y a través de años de lucha en
los enclaves se va madurando la conciencia de la clase trabajadora.
Las luchas obreras no paran durante la
dictadura Cariista, aunque son reprimidas. En 1944 hay una gran manifestación
en san Pedro Sula, la cual es tremendamente reprimida hasta convertirse en una
masacre. La protesta estaba encaminada a denunciar los excesos de la dictadura
exigiendo libertades democráticas. Durante la dictadura, liberales y comunistas
eran asesinados y exiliados, la represión fue la antesala para que la huelga
del 54 estallara con las magnitudes en que aconteció.
La huelga de 1954.
1954 fue un año bastante convulsivo en
el norte de Centroamérica, en el caso de Honduras los partidos liberal y
nacional llegan a un impase electoral al no obtener ninguno de los dos una
amplia mayoría en las elecciones generales. En la segunda vuelta presidencial
el fraude se hizo presente, dándole la oportunidad a Lozano Díaz, en ese
momento presidente de la república, de disolver el parlamento apoyándose en las
fuerzas armadas. Desde inicios de ese año la CIA planifica un golpe de Estado
contra el presidente de Guatemala Jacobo Arbenz, para llevar a cabo sus planes
la CIA necesitaba de la colaboración del gobierno hondureño que prestaría todo
el apoyo posible a la invasión contra el gobierno de Guatemala.
En ese marco nacional y regional y a
medida que avanzaba el año de 1954 las relaciones entre las compañías bananeras
y trabajadores sulfuraban poco a poco. Por toda la costa norte los aires que
exigían aumento salarial se encontraban con el calor de la explotación. Desde
algunos años atrás se difundía en la zona bananera la propaganda de los
periódicos Voz Obrera y Vanguardia Revolucionaria editada por el Partido Democrático
Revolucionario Hondureño (PDRH). La propaganda de izquierda
lograba distribuir 7,000 periódicos semanales. En estos se llamaba a organizar
sindicatos, se exigían jornadas laborales de 8 horas, seguridad social y pago
doble de días festivos. Como es de suponer el trabajo estructural era
clandestino, en términos de la época se hacía trabajo de hormiga.
Los anales de la huelga los podemos
rastrear hasta el 28 de abril de 1954, cuando trabajadores de carga presentan
una lista de reivindicaciones laborales a la compañía bananera. La Tela
Railroad Company, subsidiaria de la United Fruit Company, rechazó el pliego
petitorio ocasionando que el 29 de abril se realizara una asamblea de
trabajadores, que fue acompañada por la solidaridad de trabajadores delegados
por otros departamentos. Al día siguiente la asamblea de unos mil trabajadores
decidió hacer una manifestación pública para conmemorar el día internacional de
la clase trabajadora.
La movilización no esperó mucho, en la
mañana del 1ro de mayo los trabajadores salieron a desfilar para congregarse en
el parque Ramón Rosa donde se pronunciaron los más acalorados discursos. Fue en
ese mitin que se leyó la declaratoria de huelga de los trabajadores. La suerte
estaba echada. Al igual que el calor del Caribe le da fuerza a los huracanes,
así el calor del primero de mayo inició el vendaval, poco a poco otros sectores
se van sumando a la huelga de los trabajadores bananeros. El 5 de mayo la
tormenta llegaba al otro monopolio bananero, la Standart Fruit Company en donde
los trabajadores se suman al paro general plegándose a las demandas de los
huelguistas. Para Julio las los paros se habían propagado por toda la Costa
norte Hondureña en fábricas, aserraderos, ingenios de azúcar y minas. Desde 7
de mayo los estudiantes de la Federación de Estudiantes Universitarios
de Honduras (FEUH) se habían adherido a la huelga
y trabajan en solidaridad a la misma.
El 17 de mayo se constituye el COMITÉ
CENTRAL DE HUELGA que se encargarían de coordinar alrededor de 35,000 trabajadores
con representantes de distintos distritos bananeros: Tela, Cortes, El Progreso,
La Lima y Batán. En el caso de la cuidad de Progreso se creó el fenómeno pre
embrionario de poder dual, es decir que se formaron comités de apoyo, de
vigilancia es decir, los trabajadores gobernaban la localidad.
Caída y enseñanzas.
A pesar del gran movimiento que
significó la huelga bananera, la falta de una dirección consecuente fue
mermando la lucha de los trabajadores. En la Lima la intervención de la
compañía y el gobierno, favoreció que quedase electo el maestro Manuel de
Jesús Valencia, dirigente de formación anticomunista. En La Ceiba la compañía
logró un acuerdo separado con los trabajadores que se reincorporaron al
trabajo. Siendo el Progreso el pico más álgido en lucha, la compañía y el
gobierno combinaron represión con negociación para debilitar y derrotar la
huelga. Para el 9 de Julio los trabajadores acosados por la traición, represión
agotamiento terminan firmando un acta que no cumplía con las exigencias de los
trabajadores bananeros.
Las consecuencias de la huelga no
fueron inmediatas, pero la huelga demostró la fortaleza de los trabajadores
bananeros. La respuesta del régimen fue modificar la estructura de dominación
por el temor de una revolución social organizada por la clase obrera. En 1956
el régimen da un nuevo golpe militar preventivo que termina flexibilizando la
leyes del Estado otorgando conquistas como el código del trabajo: “Fue, además, el punto
de partida de la promulgación de leyes laborales y de seguridad social, así como
de la creación del Ministerio de Trabajo.” Asimismo el enclave bananero
comienza su declive en el país: “Un efecto negativo de la huelga en el
mercado de trabajo fue que redujo el empleo en las plantaciones de 35,000
trabajadores en 1953 a 16,000 en 1959” (Ídem) Pero más que la
flexibilización que tiene que hacer el Estado a favor de los trabajadores, la
premisa más grande que deja la huelga bananera de 1954 consiste en heredar a la
clase trabajadora y campesina una tradición organizativa y combativa: “Más adelante, el
campesinado pobre y sin tierra se activó como fuerza política autónoma, un
hecho decisivo en el marco de una sociedad agraria atrasada” (Ídem)
CONCLUSION:
Esta huelga ayudo a los obreros que eran explotados en
los campos bananeros.
BIBLIOGRAFIA:
· WIKIPEDIA.COM
· GOOGLE.COM